domingo, 1 de agosto de 2010

Matrimonio Gay

La verdad que lo había prometido... y como lo prometido es deuda no quería que me cobren intereses por moroso. Así que voy a plasmar en estos renglones virtuales algunas opiniones, sugerencias, reflexiones, ideas, etc, a través de las cuales pretendo dejar en claro el porque no avalo la ley vulgarmente conocida como la del "matrimonio gay".
Para empezar quiero dejar en claro que tengo bien en cuenta que hay muchas cosas que con el tiempo van cambiando, y poco a poco las sociedades se van acostumbrando a los cambios hasta que llega un punto en el cual los cambios introducidos en un período de tiempo x no resultan "extraños" en un período de tiempo x+1. Esto ha ocurrido con infinidad de cosas y está bien que así haya sido. Sin embargo yo creo que todo cambio requiere una preparación, y siento que el terreno no está listo para sembrar, y cuando el terreno no está listo lo poco que se cosecha suele ser malo. Nos genera la misma sensación ver una pareja heterosexual demostrándose su amor que a una pareja homosexual demostrándose el suyo? Y lo digo solamente para citar un hipotético caso, el mas básico de todos si lo quieren llamar, pero hipotético al fin. La verdad que a mi no me da lo mismo, creo que a muchas de las personas que votaron a favor de esta ley tampoco les da lo mismo, y a muchos de ustedes lectores seguramente tampoco les de lo mismo. Y eso está mal? Yo opino que no, en lo mas mínimo. Y eso es discriminar? Para nada. En fin, es una opinión.
Volviendo unos renglones atrás cuando me refería al terreno y su preparación (o su falta de preparación en este caso), existen en nuestra sociedad ciertas costumbres que considero están bien arraigadas en lo profundo de las personas, costumbres que pueden cambiar, pero no con facilidad, no de un día para el otro. Es como con las personas pienso yo, si las personas pueden cambiar, sus costumbres también. Ahora también creo que las personas no cambian fácilmente ni de un día para el otro, al igual que sus costumbres. Hay muchas personas que se adaptarán con mas facilidad que otras a la palabra contrayente por sobre la palabra esposo/a, pero yo no soy una de ellas. Si, ya sé. Es solo una palabra! Obvio que es solo una palabra. Nadie discute eso, pero no es la misma palabra, y eso tampoco nadie lo puede discutir. Y considero que esa palabra para algunas personas no es susceptible de adquirir el significado que tenía la palabra anterior. Y está bien que así lo sea creo yo.
Cuando me dicen frases como “dame un argumento válido para estar en contra del matrimonio gay sin caer en la biblia”, yo lo comparo con algo como “gana un partido de futbol sin hacer goles”. Acaso tiene lógica alguna ese planteo? A qué se deben las restricciones? Más allá de que este dando argumentos en contra del matrimonio gay sin caer en la biblia, hasta la fecha de hoy el planteo me resulta incomprensible.
Cuando escucho que la llaman a esta ley como ley del matrimonio igualitario, o ley de la igualdad (o el sinónimo que fuera quieran utilizar) realmente me cuesta entenderlo. Mas allá del hecho que tenga pocas luces de por sí, no creo que seamos todos iguales. Ojo, porque siempre hay un estúpido/a que lee lo que quiere voy a aclarar que ser DISTINTOS no entra en disyuntiva con el ser MEJOR o PEOR. Nadie habla de que el heterosexual es mejor que el homosexual, o que el blanco es mejor que el negro, o lo que fuere. Hablo de aquello que DISTINGUE a una persona de la otra, de la UNICIDAD del ser humano (esa frase tan famosa que dice algo así como que el ser humano es único e irrepetible y demás yerbas), y NO de la CALIDAD de los seres humanos. Sin embargo los seres humanos tenemos similitudes en formas de pensar, formas de actuar, entre otras, y por ende tenemos leyes que amparan y protegen lo que es considerado como buenas formas de pensar o buenas formas de actuar (por así decirlo). Así como el criminal es distinto al trabajador, el empleado es distinto al empleador, el papá también es distinto a la mamá, y la mamá también es distinta al papá. Y lamento tener que pedir perdón cuando hago uso de la Biblia como lo voy a hacer, pero la diferencia existe y es innegable. Es una verdadera pena que uno cuando se basa en algo en lo cual miles de millones de personas se basaron por miles de años sea “mal visto”. Pero bueno, me deja muy tranquilo saber que todas las personas que cité con anterioridad por el plazo de tiempo que cité con anterioridad avalan lo que voy a decir, y les aseguro a todos aquellos que ven con malos ojos al uso de la Biblia como justificativo parcial de mi opinión que cuento con más apoyo que ustedes.
Por otro lado quiero aclarar que muchos de los derechos que se les otorgaron con la reciente aprobación del proyecto de ley a las personas del mismo sexo que contraen matrimonio me parecen justas y correctas, pero no todas ellas. Por ende, si en un hipotético caso de 10 derechos que se le confieren a las parejas gay con esta nueva ley, disiento en 1 solo de los 10, no estoy a favor del proyecto tal cual es planteado. Si estaría a favor de un proyecto que contemple las 9 anteriores, y nada más que eso. Y se que hay muchas personas que se encuentran en una situación similar a la mía y sin embargo están a favor. Eso estimados amigos/lectores, está mal, y lo que hace que esté mal es que no es la única opción (o sea, el proyecto con el otorgamiento de los 10 hipotéticos derechos), sino que hay otras opciones en el abanico que no han sido contempladas. Y volvemos a lo mismo, a la preparación del terreno (la no-preparación en este caso), y a la mala cosecha como consecuencia.
Considero que este proyecto de ley fue promulgado sin el debate necesario que un tema de semejante relevancia requiere, y que tiene muchas falencias en búsqueda de la igualdad. Porque por ejemplo, aquellas parejas heterosexuales que desean adoptar a un hijo deben cumplir con una mayor cantidad de requisitos que las parejas homosexuales que se encontraran en su misma situación, encontrándose en desventaja respecto de las otras, generando desigualdad. Así, la pareja heterosexual que quisiera adoptar debería primero someterse a análisis que demuestren su incapacidad para procrear, análisis que demoran tiempo y que no les son requeridos a las parejas homosexuales (dada su incapacidad natural para procrear entre si). De esta forma no se encuentran en igualdad de condiciones a la hora de adoptar las parejas heterosexuales que las parejas homosexuales. Y esto es solo por citar un ejemplo.
Para concluir con esta extensa publicación quiero dejar en claro la intención de la misma. Esta publicación no pretende entablar peleas con ninguno de mis amigos/as o mis lectores/as (si es que tengo amigos, cosa que creo que si, lo que no se si tengo son lectores), no pretende tampoco cambiar al mundo (por mas ambiciosas que sean mis expectativas también acarrean consigo una porción pequeña de raciocinio), no pretende causar daño (ya que conozco pocas personas que cuenten con menos malicia que yo), en fin, no es muy pretenciosa que digamos. Ahora, lo que si pretende es expresar una opinión, que como tal debe al menos ser respetada y escuchada (leída en este caso). Opinión que considero susceptible de abrir algunos ojos, o cerrar algunos otros, opinión que es de muchos, pero que mencionan pocos.