Que título tan claro, ¿no? Claramente tenía que volver a lo controversial. Necesitaba imperiosamente volver a sentir la adrenalina que me genera la falta de consenso, ese ánimo de lucha por aquello que resulta irrelevante, ánimo que mantiene mi guardia en alto y mi espíritu también. Y por más que ésta publicación no tenga nada de aquello denominado como "espiritual", es "espíritu" una palabra clave en la misma. ¿Que espíritu? No es el mío, ni el de Christian U, ni el mismísimo Espíritu Santo, sino el espíritu del programa.
Primero es necesario aclarar que el concepto de "espíritu del programa" refiere a la finalidad principal con la cual el show fue creado, finalidad que entiendo se desprende en gran parte del nombre mismo del programa. Si el lector es asimismo televidente del show va a encontrar las siguientes líneas poco útiles, ya que en ellas voy a dar una breve descripción del show. Le pido al lector no me abandone, si ya llegó hasta este punto, leer unas cuantas líneas mas de cosas inútiles no va a terminar de atrofiar su cerebro.
Resumiendo, un grupo de jóvenes de ambos sexos son encerrados en una casa (la más famosa del país), transformándose en "víctimas" del aislamiento, entre otros "males". Este es el ambiente que rodea la convivencia entre ellos, convivencia que sumado a sus estrategias de juego influyen en el momento en el cual ellos mismos nominan a otros participantes para que sean expulsados de la mencionada casa.
Si bien hay mil formas de jugar, y mil formas de encarar una convivencia, hay una principal que rige por sobre el resto a lo largo de la historia del programa; y es la forma con la que el juego fue originalmente concebido, la de su "espíritu". Ahí reside la diferencia. La actitud manipuladora, engañosa, egoísta, maliciosa, destructiva, entre otros, de Christian U, no son actitudes que caractericen a pasados ganadores como Marcelo Corazza, Roberto Parra o Marianela Mirra (entre otros). Premiar a una persona así (si bien sus competidores no son ningunos santos), es premiar a un modelo de persona con la que nadie quisiera convivir, una persona que dista mucho de ser un "hermano" ideal. ¿Qué clase de personas somos si deseamos premiar a alguien como Christian U? ¿Es a él a quien elegimos de alguna forma nos represente como sociedad?
Si bien es solamente un programa de TV para algunos, para mí es un poco mas que eso. Aquellos participantes que fueron seleccionados representan en mayor o menor medida a la juventud de nuestro país, y considero que quién resulte ganador (dada la masividad del programa únicamente) será una especie de exponente de nuestra juventud. Y honestamente me parece la minoría de nosotros puede llegar a querer identificarse con alguien como Christian.
Más allá de este punto de vista que creo tiene al menos cierto grado de relevancia, deberíamos tratar de respetar aquellas ideas con las cuales las cosas fueron concebidas. Dicha concepción implicó en su momento un propósito, algo que fue pensado, repensado, y vuelto a pensar. Y creo que cambiarlo sobre la marcha es muy poco serio.